Un inciso: Papel, papel¡
A lo mejor es que simplemente soy rara, o que no soy capaz de acostumbrarme. Cuando salía de noche siempre llevaba un par de paquetes de pañuelos de papel (para mí, mis amigas etc); pero cuando voy tempranito a un establecimiento público, el que sea, espero que: gracias a todos los impuestos que debemos pagar como ciudadanos, y por estos avatares de la vida si se me apetece acudir de urgencia a un aseo tenga la oportunidad de quedarme tranquila al ver uno o varios rollos de papel higiénico. No pienso en mangar ninguno, señores, ni liarme a bolas contra la puerta mientras me llega la inspiración; simplemente necesito usarlo tras mitigar mis pequeñas necesidades. Lo sé, estamos muy mal acostumbrados, nos han educado en el estado del bienestar y de la higiene, deberíamos dedicarnos a hacer aguas menores, como lo canes, en la calle, según nos apeteciera, en plan salvaje... Esta mañana tuve la gran suerte de entrar en los aseos de un ambulatorio muy vinculado a la mar que hay en Gi