Labios.


No sentía aire en el pecho, se subió los culotes, el vaquero y se puso un jersey de esos de cuello ancho que caen como la propia piel por el hombro...apuró, cada paso era un suplicio; ni se percató que se avecinaba tormenta. No llevaba rumbo fijo, pero necesitaba volar. Olvidarse de todo. Mientras andaba empezó a llover, al principio suavemente empapando su cuerpo abandonado a un bochorno interno incapaz de detener...a los cinco minutos la lluvia entraba por cada resquicio de su ropa...ella caminaba ligera sin prisa y en su cara se dibuja una sonrisa maliciosa...le gustaba sentirse húmeda...
Andaba y se mordía los labios dulcemente como sabía que él lo haría, se rozaba con los dientes, sin daño:- ¿No hay por qué? -pensaba-
Y seguía caminando, aunque quería volver a casa no quería parar. Sus pies chorreaban agua de lluvia y la llevaban hacia un camino sin retorno...le deseaba tanto en ese preciso momento que sería capaz de todo...
Se metió las manos en los bolsillos del pantalón, sus dedos quedaban justo a la altura de su pubis y acarició despacio a través del forro, se detuvo justo en un portal que mantenía abierta su vieja entrada...¡Tenía que entrar!
La tormenta había dejado a oscuras muchos edificios, y también había precipitado el atardecer.
Miró alrededor y sintió un escalofrío. Se apoyó en la primera pared que tuvo a mano...alguien la había seguido y se estaba acercando.
Extrañamente no sentía miedo, sino deseo...irrefrenable, loco, ...
Sintió su aliento en la nuca, ella cerró los ojos y ladeó su cabeza. El la besó y recorrió con la lengua su cuello mientras presionaba su cuerpo hacia el suyo empapado de lluvia...Ella seguía con una mano dentro del bolsillo, acariciándose con más ímpetu, la otra atrajo hacia sí el cuerpo de él. El usó las suyas para subir el jersey y abarcar sus pechos, dejando entre dos de sus dedos asomando los pezones, presionándolos con suavidad y con ansiedad por la sensación de que alguien entrase...
Él decidió bajar hacia el ombligo, refugio de tanta impaciencia, y bordeó su tripa...caricia a caricia cada vez era más rápido el ritmo
Ella se desabrochó el vaquero e inclinó su trasero hacia su miembro...su mano ya no estaba
El la izó y se escondieron debajo de las escaleras, era un edificio antiguo, y su intimidad se vería a salvo si algún vecino les oía
Entonces ella le desnudó, lamió una y otra vez sin reparo se sentía capaz de todo él tapó su boca sólo un poco, los jadeos de ella iban subiendo de intensidad pero le gustaban tanto...
El sitio era pequeño pero eso no impidió que cada vez más llegase el momento culmen....ella se sujetó a una madera con las dos manos para sentarse encima, sus brazos quedaban por encima de la cabeza de él, estaba literalmente colgada; él se sentó en un pequeño taburete...y como si de un baile de enamorados se tratase, iniciaron un compás armonioso de movimientos q en pocos minutos les hizo estallar de puro deseo.
Al terminar se besaron...
- ¡No deberías haberme seguido! -dijo ella.
- ¿Y perderme esto? -dijo él-.

Y caminaron juntos, a pesar de la lluvia.

Miltch.




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